MIS VIVENCIAS EN EL SERVICIO MILITAR, EL PRIMER RELATO CORTO DE ANTONIO BENÍTEZ, ALUMNO DEL CENTRO DE ADULTOS.

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Ganas de vivir, esta es la clave para seguir formándose a los 87 años, para iniciar proyectos y recordar importantes etapas de su vida.

Antonio Benítez, es vecino de Hinojos vivió una infancia feliz pero como cualquier hermano mayor de la época se tuvo que retirar de los estudios y ayudar a la familia. Inició su vida laboral en el campo, continuó en la construcción y en 1962 aprobó las oposiciones de Policía Local, durante 31 años ha velado por la seguridad de su pueblo. Desde niño fue una persona inteligente y entre sus virtudes su memoria.

Este año se ha matriculado en el Aula Tic del Centro Permanente “Los Pinos” y aquí está explotando el potencial que hasta el momento no había tenido la oportunidad de descubrir, su habilidad con la tecnología. Es el alumno más mayor de la clase, este año cumple 88 años, y por su afán de seguir aprendiendo se ha atrevido a escribir vivencias de su vida, transcribirlas en su ordenador y darle formato para su futura publicación.  Un trabajo que ha desarrollado bajo la supervisión de la directora del centro, Francis Benítez, que además de ser su profesora es su hija.

Con ella ha nacido su primer Relato Corto “Mis vivencias en el Servicio Militar”. Benítez nos cuenta que este trabajo se lo dedica a sus hijos, a sus  nietos y “a una generación que vivió la mili como una experiencia única y enriquecedora en plena juventud”. 

En 1948 ingresó voluntariamente en el Regimiento de Infantería nº41 de Cádiz, “lo más destacado en este cuartel fue la realización de un curso de transmisiones y dos guardias en el Castillo de Santa Catalina, que por aquellas fechas era una prisión militar”, asegura el autor. 

De las comidas prefiere no hablar “en Cádiz eran malísimas, pasé mucha hambre y me acordaba mucho de los guisos de mi madre”.

Al poco tiempo lo trasladaron a Sevilla, en el nuevo cuartel las vivencias fueron más agradables, le designaron el destino de asistente del Capitán, allí conoció al primer amor de su vida, Anita, de la que nos habla abiertamente. 

Como todos los militares, Benítez consolidó importantes relaciones de amistad y se buscaba la vida los fines de semana para obtener ingresos económicos.

Antonio Benítez, además de escribir sus vivencias ha realizado un trabajo de investigación para encontrar imágenes de edificios y lugares que hoy día ya no existen, con estas fotografías ha ilustrado su primer relato. 

Contento y muy satisfecho con el resultado del mismo, Antonio Benítez no descarta la continuidad de este proyecto que jamás hubiese imaginado. El hinojero está dispuesto ha escribir otros relatos, pues gracias a su buena memoria puede dejar a sus vecinos el recuerdo de muchas historias. 

La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Hinojos registrará esta obra en el depósito de la Biblioteca Municipal para que los usuarios puedan conocer las vivencias de Antonio Benítez. 

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